Gabriela Mistral: escritora y primera ganadora del Nobel de Literatura

Este 7 de abril, se celebra el natalicio número 132 de Gabriela Mistral, cuando hablamos de ella, es difícil que alguien no sepa quién es, esta poetisa fue la primera latinoamericana en ser premiada con el Nobel de Literatura. Sus obras aludían a la pérdida, la tristeza, los niños, los desvalidos o el mismo Chile. Su legado artístico es cuna del folklore americano contemporáneo e inspiración para varios premios que llevan su nombre en reconocimiento de quienes aportan a la cultura de nuestro continente.

Su historia y trayectoria

Profesora, diplomática y poetisa, Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, más conocida como Gabriela Mistral, nació en 1889 en Vicuña y trabajó gran parte de su juventud en La Serena como profesora. Desde 1922 residió en varios países ejerciendo su labor educadora y luego desde 1933 en funciones diplomáticas de cónsul en países como México, Estados Unidos, Brasil, España y Portugal entre otros.

Su fama como poeta comienza con la victoria en 1914 en el concurso de literatura de los Juegos Florales, donde además adquiere su seudónimo en homenaje a sus poetas favoritos, el italiano Gabriele D’Annunzio y el francés Frédéric Mistral.

Mientras ejercía de profesora en La Serena y Coquimbo, escribe Desolación, que sería publicada años después, en 1922 en Nueva York y que marca el inicio de su fama internacional gracias a su prosa de gran musicalidad y de un simbolismo cargado de la tradición folclórica americana. 

Luego vendrían “Tala” con 64 poemas que inauguran una línea de expresión neorrealista en torno a temas de indigenismo y lo americano; y “Lagar” donde están presentes todas las muertes, tristezas, pérdidas y el sentimiento del propio fin.

Treinta años después de su primer premio, sería galardonada con el Nobel de Literatura que recibió con estas palabras: “Hoy Suecia se vuelve hacia la lejana América ibera para honrarla en uno de los muchos trabajos de su cultura. El espíritu universalista de Alfredo Nobel estaría contento de incluir en el radio de su obra protectora de la vida cultural al hemisferio sur del Continente Americano tan poco y tan mal conocido”.

Su vida personal estuvo marcada por lo que, para la época, era una polémica relación con su asistente personal Laura Rodig y luego con la escritora Doris Dana (su heredera y albacea de sus derechos) con quien permaneció hasta su muerte.

Infancia entre mujeres

Su vida transcurrió junto a mujeres, desde que su padre la abandonó a los tres años. Su madre Petronila Alcayaga Rojas y su hermana Emelina Molina Alcayaga fueron centrales en su infancia. Emelina inició en la lectura a la pequeña Gabriela y mantuvo económicamente el hogar con lo que ganaba como directora de la escuela rural de Montegrande, desde ahí nace también la vocación de profesora que tenía Gabriela.

Lucha y legado

El feminismo en su época estuvo muy vinculado a círculos sociales que eran burgueses y altamente letrados, lo que ella miraba con recelo. Por eso, no se consideraba feminista y su relación con el movimiento feminista liberal chileno fue conflictiva, sobre todo con la pedagoga Amanda Labarca, quien fundó junto a Isaura Dinator de Guzmán el «Consejo Nacional de Mujeres», en 1918. 

“Hace años se me invitó a pertenecer a él. Contesté, sin intención dañada: «Con mucho gusto, cuando en el Consejo tomen parte las sociedades de obreras, y sea así, verdaderamente nacional, es decir, muestre en su relieve las tres clases sociales de Chile”

Según la poetisa, las mujeres más pobres trabajaban desde pequeñas en condiciones cuestionables, en lugares alejados de las grandes ciudades y para ella, estas experiencias fueron invisibilizadas por el feminismo de su época, por lo que no lo podía considerar como un movimiento integrador.

“Antes de los feminismos de asambleas y de reformas legales. Cincuenta años antes, nosotros hemos tenido allá (en el Valle del Elqui), en unos tajos de la Cordillera, el trabajo de la mujer hecho costumbre. He visto de niña regar a las mujeres a la medianoche, en nuestras lunas claras, la viña y el huerto frutal; la he visto hacer totalmente la vendimia; he trabajado con ellas en la llamada “pela del durazno”, con anterioridad a la máquina deshuesadora” 

Pese a su postura, colaboró mediante textos literarios con quienes promovieron la dignificación del papel de la mujer en América Latina. Destacó su contribución con Elena Caffarena en el Movimiento pro Emancipación de la Mujer, MEMCH (Eltit, 2008) y con la escritora argentina Victoria Ocampo, a quien dejó a cargo la publicación de Tala (1938) en la Editorial Sur.

La Premio Nobel fomentó la educación de la mujer y creyó necesario que las jóvenes se abrieran a los motivos humanos como el trabajo, la justicia social y la naturaleza.

Poemas y frases que dedicó a mujeres y niñas

“En la tierra seremos reinas, y de verídico reinar, y siendo grandes nuestros reinos, llegaremos todas al mar”. 

-Todas íbamos a ser reinas

“Las mujeres formamos un hemisferio humano. Toda ley, todo movimiento de libertad o de cultura os ha dejado por largo tiempo en la sombra”. 

Gabriela Mistral

“Yo no quiero que a mi niña la vayan a hacer princesa.  Con zapatitos de oro,  ¿cómo juega en las praderas”.

-Miedo

Fuente: Memoria Chilena.

What's Your Reaction?
Excited
0
Happy
0
In Love
0
Not Sure
0
Silly
0
View Comments (0)

Leave a Reply

Your email address will not be published.

Scroll To Top